Las uvas de León que se beben y se comen
León tiene una variedad autóctona única con en el mundo vinícola. El ‘Prieto picudo’ para tintos y rosados y ‘Albarín’ para blancos. La Denominación de Origen León está compuesta por 41 bodegas y 328 viticultores.
La superficie de la zona de producción de la Denominación de Origen Tierra de León asciende hasta los 3.317 km2, siendo la superficie inscrita 1.369 Has. Son suelos aptos para el cultivo del viñedo ya que están todos situados bajo los 900 m. de altitud asentados sobre terrazas aluviales. Las Temperaturas extremas entre el día y la noche son un factor condicionante y favorable para la acumulación de los polifenoles de la uva y la potenciación de los aromas.
León cuenta con una gran diversidad productiva con 500 empresa y un importante número de figuras de calidad -16, más que ningún otro territorio del país-. Además, emplea en la provincia a casi 5.000 personas y genera más de 10% del PIB y roza el 15% de las exportaciones, 2021 se cerró con 405 millones de euros.
Rafael Blanco, presidente Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida de León, hace hincapié en que es un pilar fundamental para el desarrollo económico y laboral de la provincia, y clave para su futuro “Por esa razón, los ciudadanos tenemos una responsabilidad social sobre él y sobre el consumo de esos productos, porque de esa manera contribuiremos a su desarrollo”.
Y añade, “Pero sobre todo debemos consumirlos porque son de una enorme calidad, no sólo en el caso de los vinos de las dos denominaciones de origen protegidas, sino también en el de la cecina, el chorizo, el botillo y los quesos, los puerros y los pimientos, la pera, la manzana, las cerezas y la castaña, la miel y los dulces, las legumbres y una larga relación de productos acogidos a esas marcas de calidad o en disposición de hacerlo”.
Tipos de vino
Rafael tienen claro la clave del éxito, “Sin duda la singularidad, que viene determinada por la diferenciación y la exclusividad” y esto se debe a “las especiales condiciones organolépticas para la elaboración de vinos blancos, rosados y tintos de la más alta calidad. Y su extraordinaria aptitud para los vinos de crianza”.
Tinto
Elaborado a partir de un mínimo del 60% de uvas de la variedad y el 40% restante se podrá repartir entre las uvas tintas permitidas.
Rosado
Elaborado a partir de un mínimo del 60% de uvas de las variedades Principales y el 40% restante corresponderá a las variedades tintas y/o blancas complementarias. Su graduación alcohólica adquirida mínima será de 11°.
Blanco
Elaborado a partir de un mínimo del 50% de uvas de las variedades blancas Principales. El 50% restante corresponderá a las variedades blancas Complementarias.
Tipos de uva para vinos tintos y rosados
Prieto picudo
“Es nuestra uva de referencia, solo en nuestra Denominación de Origen y en el norte de Zamora”, concreta Blanco. Este racimo pequeño y compacto, que ocupa el 69% de la superficie que se cultiva, es resistente a la sequía. Son vinos muy aromáticos con una amplia persistencia en la boca. Del orden de 7g/l en ácido tartárico se les caracteriza por la acidez natural que posee la variedad. Con la técnica ancestral del ‘madreo’ se obtiene el vino rosado de aguja. Mientas que los vinos tintos jóvenes y envejecidos se consiguen con roble de una excelsa calidad.
Mencía
Ocupa el 4% de la superficie de viñedo, lo que es un 74.5% en el Bierzo. Racimo pequeño y medio compacto. La baya es de tamaño medio, de forma elipsoidal y color azul-negro. No se considera una variedad muy productiva, ya que tiene una brotación precoz y una maduración temprana, además de ser sensible a las enfermedades criptogámicas. Como el prieto, produce tintos y rosados muy aromáticos, mientras que los mostos rojo granate son dulces.
Tempranillo
Representa el 17% de la superficie cultivada, la más extendida a nivel nacional. Se utiliza como variedad complementaria en la elaboración de los vinos tintos y rosados. Es el 90% de la mezcla por su baja acidez y contenido en azúcar.
Garnacha Tinta o Alicante bouschet
Con una ocupación inferior al 1%, un 2% en el Bierzo, es una variedad de brotación temprana y sensible a las heladas. Alcanza altos rendimientos en producción por una maduración tardía. Es un racimo grande y compacto, baya media de color azul-negra. Es complementaria con otras variedades para la elaboración de tintos y rosados.
Tipos de uva para vinos blancos
Albarín blanco
Estos racimos también son pequeños, pero en esta ocasión, la uva es prieta y bien concentrada. Representa el 3% de la superficie cultivada de viñedo. Deja en boca un marcado aroma a cítricos y flores. Tiene alta graduación alcohólica y acidez.
“Albarín, en fase de recuperación y extensión, solo se produce en el sur de la provincia, y en muy pequeño volumen en la zona asturiana de Cangas de Narcea”, puntualiza Rafael Blanco
Verdejo
Cultivada en el 6% de la superficie esta variedad blanca tiene buena fertilidad y una alta sensibilidad al oídio y la polilla del racimo. El resultado es un vino verdoso, seco y ácido con buena graduación alcohólica.
Godello
Con solo el 1% de la ocupación de la superficie en las laderas del río Sil, el 4% del Bierzo, esta variedad blanca es un racimo mediano y compacto. Las bayas de tamaño pequeño, uniformes y color verde amarillo. La pigmentación de la pulpa es ausente o muy débil. Su brotación y maduración temprana es sensible a las heladas primaverales y otoñales y se adapta mejor a los suelos secos. Origina vinos de acidez media y aromas frescos.
Específicas de la zona del Bierzo
· Estaladiña o Pan y Carne
· Merenzao o María Ordoña o Bastardo.
· Doña Blanca
· Palomino
· Malvasía
¿Pero la uva de León se come?
“Nuestras uvas en todos los casos son del rango de las vitis vinífera, es decir, ideales para la elaboración de vinos, frente a las de mesa, de otras variedades y otras zonas de producción de especiales condiciones relativas al suelo y la climatología”, explica Rafael Blanco. Pero puntualiza “Eso no quiere decir que no sean aptas, sino todo lo contrario, para el consumo en su momento óptimo de maduración, en torno al mes de septiembre”.
Aunque no sean las uvas para las doce campanadas, lo cierto, es que Blanco nos ha trasladado una curiosidad, “Sí es cierto que históricamente, prolongando el proceso de deshidratación que se seguía para la elaboración del tradicional tostadillo, un vino dulce que se obtenía a partir del prensado, la fermentación y una larga crianza cuya recuperación queremos impulsar, y llevando la pasificación al extremo se sirviesen precisamente como pasas en las mesas de Navidad”.